El Papa Leo XIV, el primer papa nacido en Estados Unidos y oriundo de Chicago, fue fotografiado usando una gorra de béisbol de los Chicago White Sox durante un evento público en el Vaticano. En junio de 2025, el pontífice sonreía y saludaba a recién casados mientras lucía la gorra blanca y negra del equipo de béisbol de su ciudad natal.
La imagen se volvió viral rápidamente en redes sociales y medios de comunicación porque rompía con las expectativas habituales del atuendo papal. Se lo vio combinando la tradición con un gesto desenfadado hacia la cultura local.
Este momento viral no ocurrió en el vacío. Aquí te contamos el trasfondo:
Las raíces de Chicago del Papa Leo
El Papa Leo XIV, nacido como Robert Francis Prevost, creció en Dolton, en el lado sur de Chicago. Vivía en una comunidad profundamente conectada con la vida católica y la cultura deportiva de la ciudad.
El Papa Leo: un fanático de los White Sox de toda la vida
Mucho antes de convertirse en papa, Leo era un fiel seguidor de los White Sox y asistía a los partidos cuando era joven. Existen imágenes de su participación en la Serie Mundial de 2005 en Chicago, donde su equipo ganó el título y rompió una sequía de 88 años. Su hermano confirmó su lealtad a los Sox y no a los rivales Cubs.
La imagen viral
El 11 de junio de 2025, el Papa Leo se puso su gorra de los White Sox. A partir de ese momento, fotos y videos del suceso se difundieron rápidamente en internet, con fanáticos y medios celebrando este auténtico cruce entre culturas.
Este no fue solo un momento anecdótico, sino también simbólico:
Conectó a un líder religioso global con la cultura cotidiana estadounidense
Resaltó su identidad como oriundo de Chicago
Desató alegría y conversación entre comunidades deportivas y de fe
Es un momento poco común donde el liderazgo espiritual y la afición deportiva cuentan juntos una historia de pertenencia.
Aquí es donde la historia se pone divertida: esta mañana, el Papa Leo nombró a Ronald Hicks como Arzobispo de Nueva York. Hicks se describe a sí mismo como fanático de los Cubs. Así, el clásico duelo beisbolero de Chicago se refleja ahora en la relación entre dos de las figuras más significativas de la Iglesia católica hoy en día.
¡Imagina reuniones papales donde la profundidad teológica se cruza con bromas deportivas! Ya sea que apoyes al lado norte o al lado sur, todo forma parte del rico entramado de la vida en Chicago, que ahora se comparte en el escenario global de la Iglesia.
Ambas historias importan porque ilustran cómo la fe y la cultura pueden encontrarse de manera inesperada, llevando a las personas a conversar sobre la identidad.
La pertenencia siempre ha estado en el centro de nuestra fe, hasta el punto en que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. En una cultura que constantemente lucha por ser auténtica, la cosmovisión cristiana ofrece una alternativa. La identidad misma —Jesucristo— se nos acerca, incluso en los aspectos más seculares, como el deporte.
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